Ven Señor, no tardes en llegar
Letra:
VEN SEÑOR, NO TARDES EN LLEGAR,
Y LA PAZ AL MUNDO LE DARÁS.
CON TU LUZ PODREMOS CAMINAR,
LA NOCHE SE VUELVE CLARIDAD.
El misterio de un pecado
vino a ser una promesa.
El milagro de la culpa
fue causa de Redención.
ESTRIBILLO.
Del cantar de los profetas
fue brotando la esperanza.
La sonrisa de una Virgen
dio al mundo la salvación.
ESTRIBILLO.
Por las sendas de la vida,
se abren nuevos horizontes.
En las sombras de las penas
un nuevo sol brillará.
ESTRIBILLO.
La tristeza de los hombres,
se convierte en alegría.
El rencor de las naciones
se ha convertido en amor.
ESTRIBILLO.
Letra y música: Gregorio Fernández
Clasificada en:
'Adviento'
Todos los que seguimos las enseñanzas de nuestro Padre Celestial, ansiamos su llegada a la Tierra, para que nos libere el alma y nos lleve al cielo, donde pasaremos la eternidad en la presencia de Dios, Jesús y la Virgen María.
“Ven Señor, no tardes en llegar” es una pieza musical, de adoración y muestra de devoción a nuestro Señor Jesucristo, quien murió por la expiación de nuestros pecados. Es el deseo de todos nosotros, sus fieles, que queremos verlo descender del cielo para rescatarnos de este mundo terrenal.
La segunda estrofa nos cuenta la felicidad de la Virgen María al concebir y acoger en sus brazos al niño Dios y como este acto puso un punto y aparte a la historia de todos nosotros y nos dio la esperanza de la vida eterna y la alegría de servir a Dios Padre.
En la tercera estrofa nos habla de las posibilidades que se nos muestran al conocer a Dios y aceptarlo como nuestro único Salvador. En Dios no hay oscuridad, toda maldad se apartará de nosotros y sólo quedará la luz que nos iluminará nuestro rumbo.
La última estrofa nos muestra el poder infinito de Dios al hacer que todo se convierta en bondad: El odio en amor, la tristeza en alegría, la muerte en vida. Sólo en Dios y todos sus Santos encontraremos estos cambios llenos de esperanza.
Esta alabanza nos colma de amor, reflejado en esta hermosa letra y un ritmo apacible, que habla de las hazañas y milagros de Dios en la tierra y en nosotros, sus hijos. También Cristo fue ofrecido en sacrificio una sola vez para quitar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, ya no para cargar con pecado alguno, sino para traer salvación a quienes lo esperan y a cualquier otro que esté dispuesto a aceptarlo.